Bernardo Rodriguez Gil
Nos presenta este pintor una serie de obras que, aparte de los
distintos tecnicismos, prefiguran una línea idealizante muy a tono con un mundo interior
demostrativo de un vivir errante, incomprensible, ensoñador y muy subjetivista.
Quizá sea éste uno de los valores más positivos de la pintura de Bernardo
Rodriguez Gil, ser fiel a un criterio personal, que transfiere a sus cuadros y
que enriquece además con lo absurdo de una temática cercana al subconciente y, por ello,
ausente de típicas realidades, reflexiona sólo a veces, bajo la aparición de lo
figurativo; figurativo que, volviendo la oración por pasiva, se esconde entre las
redondeces de unas manchas y unas formas de un abstractismo medular.
Labora el color con valentía, contraponiendo las masas con equilibrio, tanto que, aún
dentro de un arrollador cromatismo, no hieren la retina las tintas puras y planas de
algunas de sus composiciones.
Sabe este artista, educado en Argentina, dibujar y pintar. Tal vez, su obra tenebrosa,
alucinante, vigorosa y extraña, no se comprenda al primer contacto. Pero leída su
biografía y conociendo su temperamento, inquieto y abierto a los aires del arte nuevo
iberoamericano, se asimilará fácilmente y la identificación con el pintor será más
espiritual y pictóricamente más sugestiva y entrañable.
Manuel Martín Santiago
Diario "El Adelanto" Salamanca, España
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